EL BESO DE KLIMT- II PARTE

Calificado de obra maestra, El beso es la pintura más célebre de Klimt.


El beso constituye la cumbre del período dorado del pintor, que se caracterizó por el abundante empleo de oro en la pintura, los motivos ornamentales y el estilo de los mosaicos bizantinos.


La acción de El beso transcurre en un lugar indeterminado y un espacio intemporal. La composición mantiene el sentido piramidal. El tratamiento decorativo es semejante al de un mosaico.


Sobre una superficie repleta de flores, las dos figuras se funden en un abrazo. Él le sujeta la cabeza a ella mientras le da un cariñoso beso en la mejilla. La mujer rodea con su mano derecha el poderoso cuello del varón y con su izquierda acaricia la mano de él. Su rostro, con los ojos y los labios cerrados, está reclinado sobre  su desnudo hombro izquierdo. Su actitud es serena y soñadora. Sus cabellos parecen formar parte de una aura floral.


Aunque los dorados vestidos de ambos están intensamente decorados, la ornamentación es distinta en cada caso. El hombre viste un amplio blusón, semejante al blusón de Klimt. El vestido de la mujer se ajusta a su cuerpo. La composición desprende un color dorado que contrasta con el fondo oscuro.

Así, con estas premisas hemos trabajado la famosa obra. La técnica que hemos empleado ha sido la del recorte con la mano de papeles de colores, imitando el estilo de los mosaicos.

Y ahora queda lo mejor, que contempléis vosotros mismos las obras de arte de estos grandes artistas. Disfrutad de ellas y esperamos que os gusten.